Muchos creemos que la vida cotidiana es tan buena como sus momentos de felicidad , y esos momentos son el combustible que nos impulsa día tras día. La felicidad, al parecer, es un ingrediente esencial para vivir una buena vida.

Desafortunadamente, muchos sentimos que la felicidad es esquiva o fugaz. O, peor aún, que nuestros días más felices ya quedaron atrás y no volverán jamás. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que la mayoría de las personas experimentan un aumento constante de felicidad a medida que envejecen. La investigación también reveló que incluso hay una etapa específica de nuestras vidas en la que nos sentimos más felices y seguros. Los hallazgos no solo son sorprendentes, sino también alentadores.

¿A qué edad nos sentimos más felices?

Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores alemanes y suizos realizóun estudio con más de 460.000 participantes de diferentes países y culturas. «Nos centramos en la evolución de tres componentes esenciales del bienestar subjetivo: satisfacción vital, estados emocionales positivos y negativos», explica Susanne Bücker, primera autora del estudio.

​Después de analizar los resultados, los investigadores descubrieron que hay una edad determinada en la que las personas son más felices: los 70 años. También descubrieron que la felicidad a lo largo de la vida existe en un espectro de valles y picos a lo largo del tiempo: la satisfacción con la vida disminuye entre los nueve y los 16 años, aumenta hasta alcanzar su pico a los 70 años y luego vuelve a disminuir hasta los 96 años (la edad más avanzada registrada en el estudio).

“En general, el estudio muestra una tendencia positiva a lo largo de un largo período de vida, si consideramos la satisfacción vital y los estados emocionales negativos”, afirma Bücker, quien señala que, a los 70 años, la mayoría de las personas están menos preocupadas por su carrera y asuntos materiales, y tienen más tiempo para sí mismas y sus seres queridos. Además, estos septuagenarios más sabios sienten que las experiencias más difíciles y estresantes de la vida han quedado atrás, mientras que la sensación de logro ayuda a disminuir la ansiedad diaria.

Dicho esto, no todos los científicos coinciden en la edad exacta en la que nos sentimos más felices. Para laLondon School of Economics, los 23 años son la edad en la que la felicidad alcanza su máximo esplendor, ya que los jóvenes suelen ser más optimistas y tener mayor confianza en el futuro. Según investigadores deHarvard, los 35 años son los más felices, ya que es cuando la mayoría de nosotros empezamos a estabilizar nuestras vidas, alcanzar la cima profesional y fortalecer nuestros vínculos sociales, todo lo cual contribuye a nuestra sensación de plenitud.

23, 35, 70... En definitiva, no hay una única respuesta definitiva. Así como no existe una única definición de "felicidad" para todos, el estado de felicidad depende de la perspectiva que queramos asociar con ella. En cualquier caso, la mayoría de los científicos coinciden en que la felicidad debe cultivarse en cada gesto de la vida cotidiana. Como diría el escritor Georges Perec, se encuentra en lo infraordinario: los sucesos monótonos e insignificantes de la vida cotidiana.

Asimismo, no existe una edad más difícil para los seres humanos, al menos según los investigadores. Algunos psicólogos afirman quela adolescencia (entre los 13 y los 18 años) es el período más difícil, ya que suele estar marcada por la agitación emocional debido a los cambios hormonales, el proceso de autodescubrimiento y la presión social. Investigadores de la Universidad de Princeton, por otro lado, creen que es entre los 45 y los 48 años cuando las personas experimentan el mayor estrés, debido a la carrera profesional, las dificultades económicas y la infame crisis de la mediana edad.

Sin embargo, cada vida, carrera y trayectoria emocional es única. Lo único que se da por sentado es que todos experimentaremos altibajos en diferentes momentos de nuestra vida. Lo más importante es que prioricemos nuestro bienestar, descubramos las lecciones que nos llevan al crecimiento y nos esforcemos por estar presentes, sin importar lo desafiante o emocionante que sea cada momento del camino.